domingo, 1 de septiembre de 2019

HERMANN HESSE. LA REFLEXIÓN ACERCA DEL INNEGABLE Y SOSTENIBLE LOBO ESTEPARIO QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO

Hablar de Hermann Hesse, es hablar de uno de los más sobresalientes escritores y poetas del siglo XX. Hablar de la obra de Hesse es referir, por supuesto, "El lobo estepario" como una de sus creaciones más reconocidas y una de las más leídas. Es una novela breve, pero profunda, en la que el autor combina algunos elementos fantásticos con su propio pensamiento e ideas. La trama se presenta a través de un recurso literario conocido como manuscrito encontrado, es decir, el escritor se desvincula de su obra y aparece un nuevo autor del manuscrito. El lobo estepario presenta un baile de máscaras (no metafórico) en el que el protagonista deberá buscarse a sí mismo. Y ese «no encajar», esa enfermedad de los intelectuales, está muy presente. La idea del suicidio es recurrente y, es que, el propio Hesse trató de suicidarse.
En el transcurso del tiempo, la existencia supone un viaje por diversas influencias y culturas, pero también un viaje a la complejidad de la naturaleza humana y hacia el propio ser. El hombre siempre se ha caracterizado por ser un ser social, un ente que puede conformar distintos roles dentro de un grupo. El humano tiene la posibilidad de ver más allá de sus horizontes terrenos, puede concebir, crear, formar, poder cambiar a través de los días. Sin embargo, en los últimos años ha evolucionado el posmodernismo como una filosofía totalmente radical. Una corriente que nos afecta hasta el punto de ser absorbidos. Y esta idea de progreso en la modernidad ha sido desplazada por la posmodernidad, que no es otra cosa que el fin de lo nuevo. Una especie de rutina permanente. Se trata de un modo de vivir la experiencia del final de la historia.

El lobo estepario (Der Steppenwolf, en alemán) muestra a un hombre solitario e incomprendido con un trastorno que afecta su capacidad para pensar, sentir y comportarse apropiadamente en la sociedad y que lo imaginario es real para él. La vida familiar de Harry -el protagonista- se derrumbó por la locura de su mujer y, de este modo, se aisló y se convirtió en el lobo estepario «como él mismo se describe»; por medio del cual expresa sus sueños, delirios, pensamientos e inconformidades.

Esta descripción se corresponde con la construcción del arquetipo del superfluous man, muy presente en la literatura y que dibuja a un hombre culto, inteligente y melancólico enmarcado por el nihilismo y que transita cada instante por su propia agonía. Harry vive en un mundo que siente que no le pertenece, es un ente 'superior', un intelectual que se aparta y vive en un 'ser o no ser' constante, tratando de comprenderse a sí mismo desde su estancia en una habitación alquilada partiendo así del aislamiento.
Es la historia de Harry Haller que tiene una doble vida o doble personalidad, la cual es la de ser un hombre y la de un lobo que vive en las estepas. Es un hombre de casi cincuenta años, cansado y pesimista, enfermo del cuerpo y del espíritu; extraño, insociable, misterioso, lleno de talento y "con una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible". Es un ser introvertido, con vicios y virtudes, castigado por dolorosas experiencias, que se siente desubicado en el mundo material circundante y busca la verdad en todas las vivencias imaginables; además, es un individuo en pugna con las dos naturalezas opuestas que habitan en él: la espiritual y la instintiva.

Ese hombre culto, está convencido de que en su interior viven un humano y un lobo que se encuentran en conflicto. Haller ha perdido el interés en la vida, y nada de lo que le rodea logra hacerle feliz, desprecia el mundo en el que vive y a las personas que lo habitan. Su vida no tiene sentido.

Y como la representación de un estado de conciencia en tal sentido, está la comprensión de que en nuestro interior circulan numerosos «yo» y que todos ellos conviven en una especie de partida de ajedrez, donde cada persona no puede limitarse a una dualidad, sino que se trata de una gran multiplicidad de personalidades.
Aunque Harry a pesar de su padecimiento se desvive por los placeres de la vida, la lectura, la música, el vino; como todo ser humano que pelea con sigo mismo por lo bueno y lo malo. Se sabe enfermo no sólo física y mental, también socialmente; es decir cansado de cómo la sociedad se deteriora con políticos corruptos, drogadicción, ladrones, y que en su lucidez critica a los ricos que son pobres en sentimientos.

No obstante, cuando se enamora, finge gustarle las cosas que detesta; ya que en compañía de su amada las ve encantadoras, hasta el grado de caer en las drogas. Entonces también se descubre el mundo, donde los placeres se llevan al extremo. Todo es posible, no existen normas y los personajes se ven envueltos en una nube de droga, música, diversión y sexo.

EL DESARROLLO DE UNA VIDA PESIMISTA


Dentro de la sociedad en que vivimos, todas las acciones que realizamos tienen consecuencias caóticas, que algunos quisiéramos fueran imaginarias.
La reflexión en cuanto al sentimiento de ser extraño, sombrío y llevar una vida en aislamiento, afecta a las personas llenas de sabiduría y experiencia, cuando llegan a su etapa honda y desesperanzadora donde se percatan de oportunidades que quedaron pospuestas o que fueron irrealizables; por lo que estas personas suelen apartarse de la sociedad, ya que este proceso no es siempre tan placentero.

Debido a las enfermedades propias de la edad, la pérdida de amigos y seres queridos, la incapacidad para participar en actividades que antes disfrutaban y recursos económicos limitados, todo ello puede resultar una carga muy pesada para el bienestar emocional de una persona que está envejeciendo. Este proceso suele dejar emociones negativas como la tristeza, la ansiedad, la soledad y la baja autoestima, que a su vez conducen al retraimiento social y en algunos casos al suicidio.

Ahora bien, quizá se presupone a las personas jóvenes más felices, seguros de sí mismos y económicamente independientes que creen comerse al mundo de un solo tajo y, por ende, socialmente más activos. Pero cada etapa de la vida tiene su forma y estilo, incluyendo sus crueldades y bellezas; empero, no todos perciben esto con la misma intensidad, ya que consideran algunos sufrimientos como naturales y aceptan males con paciencia.
Uno de los valores que desentraña esta novela, es la libertad; ese derecho de elegir vivir a nuestra manera sin guiarse rígidamente por los cánones establecidos y las conveniencias sociales, teniendo una vida tranquila donde sólo hay espacio para la meditación, la lectura y disfrutar nuestra individualidad y ensimismamiento. Todo para mantenerse al margen del consumismo, de un mundo de mediocridad y conformismo en el que las personas se entregan a su trabajo y son absorbidos por las masas.

El valor del amor también puede vislumbrarse. Ese sentimiento emocional por una persona con la que deseamos compartir y disfrutar de los placeres de la existencia, sin importar qué tan maligno sea ese placer. De la misma forma, está el tema del suicidio -o su simulación- como una enfermedad que nos afecta a todos en momentos de desesperación, al encontrarnos de frente al sinsentido de la vida.

Simular un suicidio es desprenderse de lo mundano, realizar una catarsis para uno mismo; es poder dejar fuera al mundo y asumir la vida tal como es y como uno quiere que sea, aceptando que el exterior a fin de cuentas tiene que influenciar. "Ha adivinado desde hace mucho que el dominio del tiempo, la redención de la realidad y cualesquiera que hayan sido los nombres que haya dado usted a sus anhelos, no representan otra cosa más que el deseo de desprenderse de su llamada personalidad" (Hesse). Es aquí donde se rompe el mito de la dualidad hombre-lobo, el ser es mucho más complejo, pero hay que aprender a sobrellevar al mundo externo que nos influye a todos y que queramos o no, siempre nos alcanza.
En la concepción de la inmortalidad, la eternidad es el paraíso para la extraña clase de hombres que se autodenominan 'lobos esteparios', aquéllos que ansían la muerte para poder escapar de su triste realidad; aunque lo realmente necesario para ellos, es el suicidio simulado para encontrarse con sigo mismos y situarse allá donde pertenecen.

Por tanto, la novela se sumerge en el universo individual de Harry, en sus pensamientos y sentimientos inmersos en un conflicto incesante. En ese ser solitario que no logra encajar en el mundo y que incita a encontrar el sentido de la vida en una sociedad moderna, una sociedad para las masas en la que parece que no hay lugar para los intelectuales o para los diferentes.

Así que nadie escapamos de la constante lucha que tiene el individuo por derrotar a sus demonios, enfrentar su realidad y matar su imaginación que a veces le devora.
 "¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención?".

-El lobo estepario-