Cayo Valerio Catulo se
enamoró de una dama muy bella y licenciosa, Clodia, casada con Quinto Cecilio
Metelo Céler -gobernador de la Galia Cisalpina- y hermana del tribuno de la
plebe, Publio Clodio Pulcro -enemigo de Cicerón-. Clodia, sin embargo, que
aparece en sus versos con un nombre de valor métrico equivalente: Lesbia, declara
la común afición de los amantes a la poetisa griega Safo de Lesbos.
La
siguiente selección es un poema de amor en latín, un clásico de la poesía lírica
de la antigüedad: "Vivamus, mea Lesbia" (Vivamos, Lesbia mía). Se trata del
fragmento inicial de la quinta parte del "Carmina" del poeta latino Cayo Valerio Catulo.
Su primera línea -Vivamus, mea Lesbia- suele utilizarse como título del poema.
Fue compuesto en el siglo I d.C. y sus personajes son el poeta y Lesbia, quien
era su musa. El contenido es una exhortación al placer, una hermosa exaltación de
las delicias de la vida, aspiraciones catulianas contrastadas con el aura
tenebrosa de la noche eterna.
Algunos
sostienen que la intención de Catulo era instruir a los poetas jóvenes y
excesivamente dedicados al estudio, sobre la importancia de la vida activa como
combustible del arte. En este sentido, estudiar y formarse en los senderos de
la poesía es extraordinario, pero más importante es vivir intensamente. Aunque otros, tal
vez menos proclives a elaborar razonamientos, especulan que Catulo simplemente
nos invita a disfrutar de los placeres de la vida sin darle demasiada
importancia a las opiniones de los demás.
En
esta versión de "Vivamos, Lesbia mía" están insertados algunos oportunos fragmentos
del poema "Carmina" para entender los tormentosos sentimientos del poeta por la
violenta pasión que ella despertó en él, y que éste tardó en recuperarse porque
la agonía se prolongó -una vez y otra- merced a los arrepentimientos con su amada, mera excusa
para nuevas y fallidas reconciliaciones. Lo que fue una inspiración excepcional para
uno de los corpora de lírica amorosa más intensos de todos los tiempos.
Dentro
de los cenáculos literarios en los que se introdujo, la originalidad de Catulo -que
murió a los 30 años de edad según algunos estudiosos, según otros a los 33- consiste
en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana con sus rasgos
específicos de subjetividad, autobiografismo e intimidad, menos presentes en
sus correlatos griegos. El corpus poético de Cayo Valerio Catulo debe bastante a la
innovadora poesía del Período Helenístico, especialmente por Calímaco y la
Escuela de Alejandría, la cual propagó un nuevo estilo que difería totalmente
de la poesía épica de tradición homérica: el de los poetas neotéricos (o poetae novi).
° ° ° VIVAMUS, MEA LESBIA ° ° °
(poema en latín y español)
Vivamos, Lesbia mía, y
amemos,
Si los sabios reprueban
nuestros actos
Con excesivo escrúpulo,
olvidémoslos.
Los astros se sumergen en el
oeste
Para luego retornar:
Pero nosotros, cuando se
extinga
La tenue luz de nuestras
vidas,
Dormiremos una noche eterna.
Dadme mil besos, y después
cien,
Mil besos más, y luego otros
cien,
Comienza de nuevo y completa
mil con cien más,
Cuando hayamos acumulado
muchos miles,
Revolvamos todo y perdamos
la cuenta,
Para que el malvado no pueda
encantarnos,
Cuando sepa de los besos que
compartimos.
Vivamus, mea Lesbia, atque
amemus,
Rumoresque senum seueriorum
Omnes unius aestimemus
assis.
Soles occidere et redire
possunt:
Nobis, cum semel occidit
breuis lux,
Nox est perpetua una
dormienda.
Da mi basia mille, deinde
centum,
Dein mille altera, dein
secunda centum,
Deinde usque altera mille,
deinde centum.
Dein, cum milia multa
fecerimus,
Conturbabimus illa, ne sciamus,
Aut nequis malus inuidere possit,
Cum tantum sciat esse basiorum.
Preguntas cuántos besos
tuyos, Lesbia,
Me satisfacen y superan.
Cuan grande es el número de
arena libia,
Rica en laserpicio*, que se
extiende por Cirene,
Entre el oráculo del
tempestuoso Júpiter
Y el sagrado sepulcro del
viejo Bato**;
O cuantas estrellas
observan, cuando la noche calla,
Los furtivos amores de los
hombres;
Tantos besos le satisfacen y
le sobran
Al loco de Catulo, que los
curiosos
Jamás podrán contarlos
Ni mancillarlos con sus
malas lenguas.
Quaeris, quot mihi basiationes
tuae, Lesbia, sint satis superque.
quam magnus numerus Libyssae harenae
lasarpiciferis iacet Cyrenis,
oraclum Iouis inter aestuosi
et Batti ueteris sacrum sepulcrum;
aut quam sidera multa, cum
tacet nox,
furtiuos hominum uident
amores;
tam te basia multa basiare
uesano satis et super
Catullo est,
quae nec pernumerare curiosi
possint nec mala fascinare
lingua.
A tal estado ha llegado mi
alma por tu culpa, Lesbia mía,
Y de tal forma ella se ha
perdido por su fidelidad,
Que ya no es capaz de amarte
con bondad,
Aunque te conviertas en la
mejor,
Ni dejar de desearte, hagas
lo que hagas.
Huc est mens deducta tua,
mea Lesbia, culpa,
atque ita se officio
perdidit ipsa suo,
ut iam nec bene uelle queat
tibi, si optima fias,
nec desistere amare, omnia
si facias.
Odio y amo: ¿Porqué lo hago,
acaso preguntas?
No lo sé, pero siento que
sucede y me atormenta.
Odi et amo: quare id faciam, fortasse requiris.
nescio, sed fieri sentio et
excrucior.
-Gaius
Valerius Catullus-
Notas:
*Laserpicio: se trata de una
planta medicinal muy utilizada en la época de Catulo.
**Bato: uno de los
descendientes de los argonautas y fundador mítico de la ciudad de Cirene.