sábado, 7 de septiembre de 2019

KAFKIANISMO Y LA METAMORFOSIS: AQUELLA MONSTRUOSA E INESPERADA TRANSFORMACIÓN DESPUÉS DE UN SUEÑO INTRANQUILO

         Siempre que se hace la evocación de algo como kafkiano, alguna cosa o situación, quiere decir que es incomprensiblemente complicada, extraña, irreal, caótica o paradójica; tal como las narraciones que solía reseñar Kafka. El adjetivo kafkiano (que traspasa de los herméticos muros de la filosofía al mundo cotidiano) se aplica a lo absurdo y fantástico, por referencia al universo angustioso y opresivo descrito por el escritor. Probablemente, la creación más famosa de Franz Kafka es "La metamorfosis". Fue publicada en octubre de 1915 en la revista Die weissen Blätter, dirigida por René Schickele, en la editorial Kurt Wolff de Leipzig y se perfila como una de las piezas clave en el conjunto de la obra del autor. Poco tiempo después, la misma editorial decidió publicarla como libro independiente dentro de su colección 'Der Jüngste Tag'.
Se trata de una novela que relata la vida de un ser humano convertido en un indefinible insecto y cómo esa transformación cambia sus costumbres y sus relaciones con el resto de su familia, hasta el conflicto. Este hombre, Gregorio Samsa, vivía en una casa con sus padres y su hermana situado primero en la normalidad. En todo el transcurso de la trama se respira un aire marcadamente angustiante, con un gran componente autobiográfico en mayor profundidad.

Este relato existencialista, es constante en ahondar acerca de la vida de un individuo frente a la sociedad; más particularmente, frente a la familia como su eslabón principal. Y aquel ente gregario y social junto con sus vivencias personales son entonces, el objeto principal, más allá de la anécdota que supone la transformación en un insecto. Lo importante es observar cómo interactúa con su entorno y cómo al final tiene que aceptar el trágico destino.
Sin embargo, hay una obsesión extrínseca de Kafka porque los lectores no se centraran en la transformación en aquel insecto. Franz Kafka, dice lo siguiente: "El insecto mismo no puede ser dibujado. Ni tan sólo puede ser mostrado desde lejos", ello haciendo hincapié en lo indecible.

LA METAMORFOSIS COMO AUTOBIOGRAFÍA EXISTENCIALISTA


Tal vez la médula espinal de una obra como La metamorfosis, se encuentre en el elemento autobiográfico que se percibe en cada línea. Y es que, en el contenido, se encuentran todos los temores y miedos interiores de Franz Kafka. Todos ellos expuestos a través del protagonista Gregorio Samsa.
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Una de las referencias biográficas más presentes, se encuentra en la interacción de Gregorio Samsa con su padre. Puede afirmarse que la relación entre Franz Kafka y su padre era, en algunos aspectos, muy similar. En la realidad paralela, Kafka se describe como un ser dominado, aplastado por un padre tiránico. Una clara circunstancia de inferioridad que aquí tiene su reflejo. Hace alusión también a un sentimiento subrayado de culpabilidad, pues sabe que nunca conseguirá ser lo que su padre quiere que sea. Esos dos sentimientos son los que le hacen fracasar en la vida. No obstante, él intenta que sus personajes traten de superar esos miedos, de rebelarse. Esto puede verse, cuando Gregorio trata de ir a trabajar aunque ha dejado de ser un humano y se ha convertido en insecto, o cuando se aferra al cuadro porque es lo único humano que le queda, desafiando a su hermana Grete.

Por tanto, la educación rígida del padre es en gran medida, la que crea inseguridad en Franz Kafka. Como ejemplo anecdótico, relata alguno de sus temores de niño, como el que los dos saliesen juntos del vestuario; el padre tan fornido como era y el hijo débil y delgado en extremo, quedando éste a expensas de las burlas. Desde el principio de la historia, se observa un protagonista indefenso, incapaz de valerse por sí mismo. Pero también se tienen antecedentes de que en un pasado no muy lejano, era él quien se ocupaba de la familia, y que tomó las riendas cuando su padre perdió el negocio. Esa idea está fehacientemente inspirada en su propia vida, pues su padre tenía una tienda que a Kafka nunca le gustó. De hecho, él le pide perdón en la carta que le escribe, por no haberse querido ocupar de ella.
La noción de la relación de inferioridad, se expresa contundentemente en la novelística, pues Gregorio queda convertido en insecto y se siente inseguro e inferior frente a su padre que le persigue con una escoba. Aunque inferioridad e inseguridad no sólo frente a su padre, también frente a toda su familia que le aísla en una habitación. Entonces cada vez se encierra más, pero no porque él se sienta diferente, sino porque el resto de la familia ha dejado de aceptarle. Se siente culpable porque ya no puede traer el dinero a casa como hacía antes, tampoco nunca podrá pagar las clases a Grete en el conservatorio porque su existencia ha quedado reducida a la mínima expresión, ahora no es más que la vida de un insecto que se dedica a comer y dormir. Nada puede cambiar eso, ni siquiera un sueño reparador. Aquí está reflejada una vez más esa culpabilidad de Franz Kafka por no llegar a ser lo que su padre quería y, sobretodo, la inferioridad antepuesta en el vínculo.

Es evidente que los episodios encajan en diversas ocasiones con las vivencias del propio Kafka, en su época y su pasado religioso. Él provenía de una familia judía, en donde lo típico era que el padre fuera la máxima autoridad con todo lo que ello implicaba. Esto provocó enfrentamientos directos entre Franz y su padre. Uno de tales fue que su padre quería que fuera comerciante, porque le parecía que ser abogado o escritor es de afeminados. Y todo este desprecio del padre al hijo se ve en el asco que le adjudica a Gregorio Samsa, principalmente, en la parte en la que el padre le hiere.
De la misma manera, cuando el protagonista a pesar de haberse convertido en un insecto y no desear más que conseguir llegar al trabajo, representa los problemas históricos que el mismo Kafka presenció en la Revolución Industrial. En esta época primaba la producción al bienestar de la mano productora. De ahí derivó la explotación y denigración del hombre, el cual se convirtió en una pieza de maquinaria, que si no funcionaba o lo hacía con desperfectos se cambiaba sin ningún problema. En este aspecto, es revelador el acercamiento del jefe de Gregorio Samsa a su casa para ver lo que ocurría. Y como en la mínima ocasión, aquél le tacha de poco trabajador y vago.

Posteriormente, Kafka habría reconocido explícitamente la relación entre La metamorfosis y su propia vida. Muchas veces se ha referido también la correspondencia entre el apellido del protagonista y el suyo, pues las vocales y la posición en la que están son iguales y la extensión de los apellidos es la misma. Cuando a Kafka se le planteó esta posibilidad, éste replicó: "No se trata de un criptograma. Samsa no es por entero Kafka. La metamorfosis no es una confesión, aunque sea, en cierto sentido, una indiscreción".

LA SÍMIL HISTORIA DE GREGORIO SAMSA


La novela se inicia con Gregorio despertando en su cama, ya convertido en insecto. En un primer momento, Gregorio Samsa no es consciente de la metamorfosis. Aún y eso, para él lo más importante es poder seguir haciendo su vida normal. Se resalta la ideación del trabajo y la familia por encima de todas las cosas, ya que es él quien trae el dinero a casa. Piensa que todo es un sueño y que si se vuelve a dormir, despertará de nuevo como un ser normal.
Pero cuando la concepción anterior es desechada, ahora empieza a aceptar que es un insecto y que, como tal, tiene que aprender a adaptarse a su nuevo aspecto físico y sus circunstancias. El jefe de Gregorio acude a su casa después de que éste no va al trabajo. Cuando regresa, habla mal de Gregorio, acusándole de vago y todo a pesar de que él quiere trabajar sea como sea. Cuando lo ve su familia, lo aíslan en su habitación y únicamente su hermana Grete se preocupa por dejarle comida.

Comienza así una nueva vida como insecto, recluido en su cuarto; aunado a que no dejan que la madre se acerque por temor a la impresión que le pueda dar, y el padre hace caso omiso de la situación. La familia se pregunta ahora quién es el que va a traer el dinero a casa, pues antes se ocupaba Gregorio cuando su padre tuvo que dejar su negocio.

Un proceso de animalización, no sólo físico sino mental, puede deducirse en las diferentes necesidades de Gregorio: dormir debajo del sofá, los alimentos que toma son diferentes a los de los humanos, el progresivo aislamiento y la necesidad de tener una habitación libre de objetos para poder circular sin problemas por todo el espacio.
Al mismo tiempo, el padre que se había convertido casi en un vegetal por la pérdida del negocio familiar, comienza a trabajar al igual que la mujer y la hermana. Esto contribuye a hacer mayor el aislamiento de Gregorio. Otro cambio significativo, es que antes tenían un ama de llaves y después una asistenta por horas que se ocupaba de la casa.

Lo más relevante, es la culminación del proceso de animalización. Es cuando deciden retirarle los muebles a Gregorio, lo que en primera instancia le alegra; pero después cae en la cuenta que se está deshumanizando, que su espíritu como ser humano se está desdibujando y ahora solamente es una caricatura de lo que antaño fue. Al percatarse de esto, decide aferrarse a lo único que tiene, el cuadro.

Aquí hay una cierta aproximación de la familia a Gregorio, pero de una forma extraña. Durante las cenas familiares, abren la puerta de la habitación de Gregorio y él sólo descubre a una familia en decadencia. Las cenas ahora son calladas y no como antes. Entonces, Gregorio empieza a morir.
         El término de la vida de Gregorio, viene marcada con la aparición de tres huéspedes. En este instante empiezan a utilizar su cuarto como trastero, aumentando el aislamiento. La actual convivencia con los inquilinos generará, sin embargo, conflictos. Los hombres son muy exigentes con la limpieza y la familia trata de mantener en secreto a Gregorio. Una noche, Grete tocará el violín para los inquilinos y éstos, atraídos por la música, la invitarán a tocar en el salón.

El desencadenante final está trazado con la aparición de Gregorio, ahí con los huéspedes. Fascinado por la melodía, sale de su habitación, en un último impulso de sensibilidad humana. Había ido a escuchar a su hermana y a decirle que hubiera querido pagarle las clases en el conservatorio. Pero al ser descubierto, se generará un gran alboroto que acabará con el abandono de los inquilinos de la casa y con Gregorio con una manzana incrustada en el caparazón, lanzada por el padre para ahuyentarlo. Ambos deciden que tienen que matarlo. Ni siquiera ellos están seguros de que ese insecto es él.

Luego de aquella confusión, la familia entiende que la situación de Gregorio es insostenible. Él también lo entiende así, de modo que decidirá encerrarse definitivamente en su cuarto, dejará de salir y desistirá de alimentarse, invadido por un profundo sentimiento de tristeza. Días después, la criada lo encontrará inerte en la habitación. Finalmente, Gregorio muere. La familia entonces se aleja de la casa y comienza una nueva vida.
Así que este relato de paralelismo biográfico, es indudablemente, una alegoría del enfrentamiento del hombre con su propia deshumanización ante un mundo moderno que lo oprime y lo borra.