Después del estado de letargo mental provocado por las
privaciones y los horrores que habían atravesado, las víctimas del régimen nazi
necesitaban acercarse al aroma que anhelaban con todo su corazón a
través de la percepción del sonido. Quizá refrescándoles las canciones que habían oído de sus
madres durante su infancia y que hacían brillar sus ojos y suspirar, tras esa
sensación profunda.
Entonces,
aparte de las actividades artísticas, la música también tenía un papel
importante en varios proyectos lanzados por los refugiados para documentar la
época nazi y preservar así, su origen identitario y el recuerdo de las víctimas. Si bien aquellos
involucrados en estas iniciativas de recolección ponían énfasis en los
testimonios, muchos también manifestaban su interés por las canciones, los
relatos, los chistes y otras huellas culturales de las comunidades que querían
recordar. Las canciones jugaban un rol útil y preciado, no sólo como recursos
históricos que permitirían a futuros investigadores reconstruir lo que había
sucedido, sino también como instrumentos que podrían preservar las voces de las
víctimas y, por ende, el eco de ellas.
Los
movimientos de resistencia usaban la música, desde los partisanos judíos de la
selva lituana hasta los prisioneros políticos de los campos que escaparon del
ataque violento nazi huyendo a países vecinos, forjando el exilio hacia la
Unión Soviética o a los Estados Unidos.
Los campos de refugiados de la Europa de la posguerra
ocupada, eran el lugar de una gran variedad de actividades musicales. En las
zonas de ocupación norteamericanas y británicas de Alemania, en particular donde se establecieron varios campos para judíos exclusivamente, las
víctimas sobrevivientes del genocidio nazi usaban la música como medio para
asentar lo que habían vivido, para levantar el estado de ánimo y para imaginar
cómo sería el futuro luego de la catástrofe.
Mientras que para la mayoría de la resistencia armada de
presos de nazis era casi imposible, grupos aislados lograron conformar una
resistencia organizada y la música habitualmente apoyaba su causa. Entre las
víctimas judías, los partisanos que lucharon en los bosques de la Europa
Oriental son un ejemplo destacado.
En los campos de concentración y muerte, los prisioneros
políticos de Europa usaban la música para expresar su aversión al régimen y
para ayudar a construir la moral y camaradería entre los grupos políticos de la
oposición.
Los mismos refugiados también organizaban una amplia
variedad de eventos musicales en los campos, incluyendo varios grupos
artísticos que viajaban a otros diversos campos y centros de refugiados.
Pronto los refugiados judíos del momento, comenzaron la
creación de un pequeño pero sólido repertorio de canciones nuevas que trataban varios
temas de interés: desde la pérdida, la soledad y la situación de los refugiados
hasta la añoranza por Palestina y los peligros de la inmigración ilegal.
Asimismo, afirmaban con orgullo y rebeldía la existencia del pueblo judío.
Algunos músicos tuvieron la posibilidad o la buena suerte
de escapar a tiempo de las garras del Tercer Reich. La vida para estos
inmigrantes no fue fácil, personal o profesionalmente, y para muchos
los cambios culturales y la pérdida de identidad fueron abrumadores.
REACCIONES EN LOS GUETOS Y CAMPOS
Millones de víctimas por toda la Europa ocupada, emplearon
la música como medio para responder al ataque nazi. Hubo diversas actividades
musicales de las víctimas nazis, particularmente de los guetos y campos.
Los guetos y los campos de concentración nazis, albergaban
a personas de Europa y sus reacciones frente al encierro variaban
en función de las religiones, edades y nacionalidades de cada uno de ellos.
Para las víctimas judías, la música era un medio de expresión relevante y una
parte esencial de la vida diaria en aquellos anexos aislados.
Puede aprenderse mucho de las reacciones de los prisioneros
en los campos a través de la música que escribían y cantaban. Además de judíos,
en los campos nazis, había miles de prisioneros políticos alemanes y polacos,
gitanos y testigos de Jehová.
Incluso en los campos de muerte, la música tenía una finalidad importante en la cotidianidad. Se establecieron orquestas oficiales que tocaban
en las puertas de entrada por la mañana y por la tarde, y también hacían
conciertos semanales. Los prisioneros continuaron creando música secretamente,
lejos de la mirada vigilante de los oficiales de las SS.
Décadas posteriores a 1945, la música continuó siendo un
medio valioso para manifestar sus reacciones contra el Holocausto: desde
víctimas judías en campos de refugiados hasta millones de personas de todo el
mundo que de alguna forma fueron afectada por el genocidio.
MEMORIAS DEL HOLOCAUSTO
La
música ocupa un lugar importante en la conmemoración del Holocausto. La música
de los refugiados en la Alemania de la posguerra y la forma en que se empleó la
música en las décadas intermedias, se utilizó para recordar el genocidio.
A
fines de 1940, los sobrevivientes judíos del Holocausto generaron una animada y
diversa vida musical en los campos de refugiados de la Europa ocupada por los
Aliados, particularmente en la zona norteamericana de la Alemania ocupada. En
las canciones que escribían relataban los horrores de los años de la guerra,
narraban el duelo y la pérdida y lamentaban los retos de la expatriación. La
música también formó parte central de las primeras ceremonias conmemorativas
del Holocausto entre los sobrevivientes.
Luego
de 1945, también se vio gran interés y compromiso por la música producida
durante la época nazi. Las canciones en idish tuvieron un resurgimiento
asombroso, a pesar del impacto del Holocausto y la destrucción virtual de la
cultura idish en Europa.
Muchos
compositores y escritores trataron el tema del Holocausto en años posteriores a
la guerra. Intentaron hacer música conmemorativa del Holocausto no sólo para
recordar los hechos sino también, en algunos casos, para utilizar sus
representaciones artísticas como medio para que la gente comentara.
Pocos
documentos podrían mostrar parcialmente la existencia oficial y el estilo de
vida de los judíos en los territorios ocupados. Por lo tanto, las canciones que
los judíos de los guetos y de los campos de exterminio y los partisanos
cantaban con profundo dolor, serán una gran contribución para la historia del
martirio y lucha judía. La vida habitual judía en el gueto con todos los
fenómenos que la acompañaban, como los arrestos, la muerte, el trabajo, la
Gestapo, los controladores de judíos, el estilo de vida interno, etc.; se
reflejan perfectamente en este sangriento folclore que ayudará a los futuros
escritores de la historia, a investigadores y también a los lectores a entender
el alma de ese pueblo.