En
un proyecto de experimentación, el presidente municipal de Cuauhtémoc-Chihuahua se disfrazó de
indigente en silla de ruedas, para después acudir a sus oficinas a pedir ayuda
y el resultado no fue el esperado. Para no ser reconocido, el
funcionario se cubrió el rostro con una venda para fingir que tenía una lesión,
usó lentes oscuros y una sudadera, además de cubrirse las piernas con una
cobija.
Se
trató de un experimento social copiado de un programa de televisión extranjero,
para estudiar el trato a los ciudadanos. El presidente municipal,
Carlos Tena, acudió a sus oficinas a solicitar ayuda y; para su desconcierto, fue discriminado,
rechazado e ignorado cuando como parte de ese plan deliberado, se hizo pasar por un indigente discapacitado para ver la
actitud de sus empleados, mismos que lo discriminaron.
El propio alcalde dio a conocer el resultado de su
experimento y dijo que se sorprendió de la experiencia -o mala experiencia-, la
cual comenzó desde que llegó a las oficinas de la presidencia municipal.
Tena
acudió a dos oficinas, entre ellas su propio despacho y reconoció que el trato
fue igual: ignorado y discriminado, ni agua le ofrecieron. Repitió después esta acción en otra de sus oficinas en donde la atención brindada, fue igual de
hostil.
Debido a este incidente, dos personas serán despedidas y una más será
premiada por las respectivas actitudes que tuvieron.
El
alcalde del municipio de Cuauhtémoc, decidió constatar los rumores acerca de
malos tratos y atención por parte de servidores del ayuntamiento de dicha
demarcación. Para corroborar lo que había escuchado, acudió a las oficinas
vestido como indigente a solicitar una despensa.
El
presidente municipal, asistió a la reunión de la mesa de seguridad y después
cambió su vestuario para ir a la oficina de Desarrollo Social a solicitar una ayuda en especie. Carlos Tena acudió acompañado de una mujer que empujaba la silla de ruedas
que utilizaron.
Así describió, cómo no recibieron ayuda desde el momento en el que intentaron
empujar la puerta de entrada con la silla de ruedas. Después, al solicitar la
despensa, la encargada en el momento dijo "de mala gana" que eso no
se entregaba ahí sino en el edificio de enfrente.
En
otro momento, pidió hablar con el presidente municipal. Al llegar a dicha
oficina, las secretarias indicaron que él no se encontraba, por lo que el edil
solicitó hablar con el secretario del ayuntamiento y le ofrecieron esperar.
"Acto
seguido veo que cuchichean y luego se hacen señas, y le dicen a la persona (que
lo acompañaba) 'oiga, ¿lo puede sacar ahí afuerita para que espere al
secretario?' y le dio una excusa. Yo iba un poquito impregnado de gasolina y me
eché aceite en la ropa (...) no aguanté y me quité la gorra, los lentes, me les
quedé viendo. Se quedaron como si hubieran visto un fantasma", contó.
Después
de la frustración y de haberse quitado el disfraz enmedio de su oficina y tras
el asombro de los empleados, anunció que tomará medidas drásticas.
Aseguró
que ninguna persona -salvo la que será premiada-, se ofreció a llevarle agua o a
ofrecerle ayuda médica ni de otro tipo al indigente.
"A
partir de hoy, en cada persona que venga a pedir, en ella van a ver mi cara,
porque no se van a dar cuenta de cuándo voy a volver a venir así", dijo a
los empleados del lugar. "Aquí se gobierna con el corazón, no con el
bolsillo, yo gané la elección y no ustedes, a ustedes no les importa cómo tratan
a la gente", les reclamó.
Sobre
sus motivos, explicó que ha recibido quejas de malos tratos de los ciudadanos,
mientras que los encargados del área aseguran que esto no es así.
El alcalde continuará creando estrategias para
mejorar la atención a los ciudadanos de la localidad donde gobierna.