Las personas somos seres
sociales y gregarios, por naturaleza. Esta necesidad de interacción e intercambio
no sólo se alza como una fuente maravillosa de bienestar, sino que también proporciona
valiosos aprendizajes. Por ello, es importante que estemos muy atentos a
nuestras relaciones interpersonales. De lo contrario, podemos quedar atrapados
en las trampas que algunos perfiles indeseables elaboran a través de las más impensables y sofisticadas
estrategias.
Asimismo un aspecto importante es que este tipo de dinámicas negativas apagan cualquier vitalidad, generan estrés y malestar psíquico. Nadie es inmune a ese comportamiento. Por ello, además de reconocer cuando se está verdaderamente ante un perfil de estas características, también es necesario saber cómo manejarlos, cómo tratarlos.
Asimismo un aspecto importante es que este tipo de dinámicas negativas apagan cualquier vitalidad, generan estrés y malestar psíquico. Nadie es inmune a ese comportamiento. Por ello, además de reconocer cuando se está verdaderamente ante un perfil de estas características, también es necesario saber cómo manejarlos, cómo tratarlos.
Entonces, el término 'comportamiento tóxico', es necesario
aclararlo en primer lugar. Porque el ser humano no presenta toxicidad alguna, esta
designación debe centrarse ante todo, en las conductas manifiestas de cada
individuo; esas que por su efecto negativo, impactan de forma directa en los
demás.
Este tipo de personas, afectan la atmósfera de las
empresas e incluso a la productividad. Crean relaciones de pareja muy
desgastantes. Edifican vínculos con su entorno donde muchas familias pueden
quedar distanciadas, donde grupos de amigos acaban rompiendo sus lazos por ese
elemento disruptivo. Ese perfil tóxico que todo lo envenena con su
comportamiento.
Lo
complicado es cómo convivir con una persona tóxica que está en algún entorno
cercano. Pero está la reflexión de que el hecho que son conocidas, nada justifica
todo. Nada vale para detrimentar el propio bienestar emocional en nombre de otro.
No es sencillo. Pero lo más importante del progreso
personal, es tener determinación y tomar decisiones. En el fondo cada quien
sabe quién aporta y quién resta; quién importa y quién ya no; quién es falso y
quién es verdadero; quién utiliza y quién apoya. Por ello, debe existir el respeto
suficiente para tener el valor de alejarse de todos aquéllos que impidan crecer, porque una de las peores cosas es mantenerse cerca de ese tipo de seres.
Son
personas que no han madurado emocionalmente, gente profundamente insegura y
egoísta que necesita estar cerca de alguien (su víctima) para entablar una
relación absorbente que les permita descargar sus frustraciones. Así convierten
a su víctima en una terapia barata particular, invadiendo sus límites y
centradas en fijarse en sus defectos y en la parte negativa de las cosas para
compensar sus carencias e inseguridades y así sentirse mejor consigo mismas,
sin aportar casi nada positivo. Por eso las personas tóxicas acaban por
molestar a menudo a su víctima, que termina experimentando emociones negativas
y agotamiento, sintiendo que se consume su energía y alegría. Y cuando después de
estar con alguien nos sentimos estresados, frustrados o sentimos alivio cuando
nos quedamos solos, estamos ante una persona tóxica para nosotros.
De vez en cuando hacen cosas por su víctima, pequeños
favores que esconden un interés personal y que suelen cobrar en algún momento
futuro exigiendo después reciprocidad. Son personas asfixiantes que presionan a
su víctima para que haga cosas que no le apetece, sobrepasan continuamente sus
límites para comprobar hasta dónde pueden llegar y esperan que esa persona esté
siempre dispuesta a ayudarles en todo lo que necesiten. Casi nunca asumen su
responsabilidad y culpan de todo a su víctima o a circunstancias externas.
Desahogan su frustración, tristeza y pesimismo en la primera presa accesible
que encuentran, sembrando dudas sobre sus aptitudes e incapaces de apreciar sus
logros, emitiendo juicios con insistencia y desdeñando los sentimientos de su
víctima sin escucharla ni ofrecerle apoyo emocional.
Es conveniente, saber identificar a las personas tóxicas y
advertir sus artimañas para poder desactivarlas antes de que logren su
objetivo.
TIPOS Y PERFILES DE LA GENTE TÓXICA
ü Los
victimistas, que responsabilizan de todo lo que les ocurre a los demás,
contagiando el sentimiento de culpa a través del chantaje emocional.
ü Los
que critican y descalifican cualquier actuación o idea que tenga su víctima, creando
un sentimiento de inutilidad y debilitando su autoestima.
ü Los
agresivos verbalmente, intentando provocar todo el tiempo inseguridad en su víctima para
hacerla débil, humillándola y faltándole al respeto.
ü Los
manipuladores, los que siempre están engañando en beneficio propio.
ü Los
cotillas, que propagan rumores negativos sobre personas ausentes (las personas
que critican a otras que no están presentes no son fiables).
ü El
narcisista, el que se cree perfecto y no soporta que le lleven la contraria, el
que siempre da lecciones sobre cómo se tienen que hacer las cosas y se cree con
derecho a descalificar y menospreciar al que contradiga sus decisiones o
creencias.
Una
vez identificada la toxicidad del vínculo se recomienda cortarla de la mejor
manera posible, hablando sobre lo que molesta de esa relación de forma abierta
y asertiva, marcando límites. Y si no se puede por las buenas, no debe haber duda
en alejarse de ese círculo de influencia sin dar ninguna explicación. Esta
clase de personas sólo intoxican a quien pueden, no a quien quieren. Además se
les puede desarmar negándoles el acceso a la privacidad, sin hacer caso de sus
comportamientos, sin darles importancia, sin entrar en su juego.
Y después,
ya que se alejó y para que no siga intoxicando directa o indirectamente, lo
mejor es tomar conciencia que detrás de esas conductas suelen esconderse
miedos, frustraciones o vivencias pasadas que han dificultado un desarrollo
óptimo de la persona. Así llega el instante liberador. Entonces es más correcto
hablar de relaciones tóxicas, porque ninguna persona es intrínsecamente tóxica,
son las vivencias y la genética las que determinan la personalidad. Así es que
toda persona puede cambiar sus actos de tóxicos a nutritivos si así lo decide,
si hace consciente su comportamiento problemático con los demás y tiene la
determinación de cambiar.
Jamás
hay que huir de los problemas, pero sí hay un momento en la vida en el que hay
que huir de los dramas, de las personas que los crean y magnifican y buscar personas
que aporten frescura; que ayuden a crecer, que inspiren y sean una influencia
positiva. Porque una buena parte de la calidad de nuestra vida, se basa en la
calidad de las personas que nos rodean.
Debe
huirse de aquéllos que quieren que se queden en su pozo y causen y contagien dolor; escoge
a aquéllos que quieren subir contigo a la cima.
"En
la vida no todo el mundo es reemplazable. Ten cuidado de no hacer daño; deja tu
huella, no cicatrices".
- Son egocéntricas.
El primero de los rasgos
para detectar a las personas tóxicas, es que hablan continuamente y en exceso
de sí mismas. Son el centro de toda atención, son ese agujero negro donde todo
se dirige, ese epicentro que insiste en ser alimentado, atendido, tenido en
cuenta y hasta venerado.
- Tienen una visión
pesimista de las cosas.
El discurso de la persona
tóxica está construido a través de quejas, críticas y pesimismos. Son los
típicos que sacan el lado oscuro a todo lo que les propongas o les cuentes a
través de sus críticas y quejas continuas. Asimismo, nada puede ser tan
complicado como alcanzar un objetivo o realizar cualquier tarea junto a este
tipo de perfil.
Son expertos en encontrar
problemas a toda solución. A su lado, la motivación se extingue y no dudan en construir
siempre una montaña de dificultades.
- Ocupan el rol de víctimas.
Si existe alguna persona en el entorno que siempre asume el rol de víctima para ser el centro de atención, resulta que esta estrategia les permite ser validadas y disponer a su antojo de todos los
recursos y de todas las energías.
- Falta de empatía.
Para detectar a
las personas tóxicas debe calibrarse el estado emocional. Porque es un hecho
más que evidente que los perfiles con dicho comportamiento, sabotean
autoestimas. Carecen de esa empatía primordial para ser conscientes del
efecto que sus dinámicas tienen sobre los demás.
No sólo no son capaces de
calzarse en los zapatos ajenos, sino que además, no tienen intención alguna de
hacerlo. Ellos son ese punto de referencia único y absoluto por donde debe
orbitar todo el universo.
- Son envidiosas.
Si se quiere detectar a las
personas tóxicas, debe atenderse ese sentimiento que les destruye y carcome por
dentro: la envidia. Desear lo que no se tiene y odiar a quien tiene aquéllo que
se anhela, es una fuente de sufrimiento y de inmadurez absoluta. Es además el
motivante de muchas conductas agresivas. Aparecen los desprecios y esos odios
donde se halla camuflada esa sensación, la de la envidia que los devora.
- Son infelices.
Sin equivocación, las
personas con comportamientos tóxicos no son felices. Quienes viven este tipo de
actitudes y comportamientos, no entienden de inteligencia emocional. No se
responsabilizan de sus actos ni de los efectos de los mismos. Se frustran con
facilidad, no manejan la envidia, no saben canalizar su ira, no entienden sus
tristezas. Carecen de esa solvencia emocional con la que poder invertir en
bienestar y felicidad.
- No se alegran por los
logros de los demás.
La persona con
comportamientos tóxicos, no compartirá tus alegrías ni te dará aliento en
épocas complicadas. Será esa mirada que se incomodará con tus éxitos y que
vendrá raudo y veloz cuando fracases para intensificar aún más la herida. Así,
y por curioso que resulte, no siempre se ve a la primera este tipo de
conductas. A veces se dejan pasar. Otras incluso se van justificando.
Ahí donde habite un perfil
de este tipo, no crece nada. Ahí donde se ejerzan este tipo de artimañas, nadie
se sentirá feliz, nadie se sentirá bien ni podrá alcanzar meta alguna. El coste
de este tipo de personas puede ser inmenso entre más pasa el tiempo. Por tanto
al detectar a las personas tóxicas, podrá respirarse en equilibrio al saber de
quien defenderse y con quien establecer saludables distancias.
¿ERES UNA PERSONA TÓXICA?
Si te
has sentido identificado con alguno de los rasgos descritos, muy posiblemente
lo seas. Pero si se es capaz de reconocerlo, es muy bueno. Ahora sólo falta
querer modificar lo conducente y mejorar como persona. Y eso sólo puede hacerse con
perseverancia.
Si
quiere mejorarse la vida, un aspecto fundamental es comenzar por el entorno, y eso
incluye todo aquéllo que vemos, escuchamos; lo que leemos, toda la información
que nos llega de nuestro alrededor.
Debe alimentarse la mente
y aceptar que la influencia de las personas que tenemos en la circunferencia, es
un factor clave y fundamental.
Recuerda:
Es difícil respirar en el agua cuando alguien está tirando de ti hacia abajo, y
eso hacen las personas tóxicas. En vez de intentar salvarse, aunque sea sin
querer, hunden a los demás si no se huye a tiempo.