Se ha bien dicho, que sin buenos modales y mínimas reglas
comportamentales, viviríamos en permanente conflicto. Quizá por ello, el riguroso
libro de urbanidad comienza explicando que sus prescripciones tienden todas a
la conservación del orden y de la armonía entre los hombres.
El
Manual de urbanidad y buenas maneras, conocido popularmente como "Manual de
Carreño", fue escrito por Manuel Antonio Carreño en España, en 1853. Esta obra
contiene lecciones y consejos sobre cómo deben comportarse las personas en
lugares públicos y privados, tales como el hogar, la familia, la escuela y el
trabajo. El manual se divide en "Deberes morales del hombre" y "Urbanidad". Cada uno contiene capítulos donde se dan a conocer las lecciones
aplicables en distintas situaciones y espacios. También contiene subcapítulos
donde se presenta y se jerarquiza lo contenido en el capítulo.
El músico, pedagogo, diplomático y político venezolano estableció reglas de comportamiento social que se hicieron famosas en Hispanoamérica y que hoy, para muchos, son retrógradas y obsoletas.
Ese Manual de Carreño, era la biblia
de los buenos modales para América Latina y España. Publicado en ese año, se
convirtió en un éxito inmediato en el mundo hispanohablante.
Incluso el gobierno español, que
había perdido sus virreinatos pocas décadas antes, incluyó el manual entre sus
libros escolares.
Títulos
y capítulos que incluyó la edición de 1865:
Deberes
morales del hombre
Capítulo
1: Tener el deber de creerle a los niños sobre todo el mundo.
Capítulo
2: De los deberes con la sociedad: padres, patria y nuestros semejantes.
Capítulo
3: Deberes con nosotros mismos.
Capítulo
4: Deberes con los niños.
Urbanidad
Capítulo
1: Principios generales.
Capítulo
2: Del aseo: de nuestra persona, vestidos, de la habitación y para con los
demás.
Capítulo
3: Dentro de casa: al vestirnos, al levantarnos, con la familia y vecinos.
Capítulo
4: Fuera de casa: la calle, el templo y casas de educación.
Capítulo
5: Con la sociedad: las conversaciones, las visitas, la mesa y la información
juego.
Cuando Carreño murió en el
exilio, en 1874, su libro contaba con más de veinte reimpresiones.
Durante las siguientes décadas, las
editoriales agregarían nuevas normas e incluirían el uso de inventos que el
autor no llegó a conocer: el auto y la radio. Fue uno de esos manuales,
corregidos y exagerados.
CARREÑO NO ACONSEJABA. ÉL DABA ÓRDENES
El autor enumera sus rígidos principios de
urbanidad, como si entregara las tablas de la ley.
"El ronquido (…) no son movimientos naturales y que no puedan evitarse, sino un mal hábito, que revela
siempre una educación descuidada".
"Y los vellos que nacen en la
parte interior de la nariz, deben recortarse cada vez que crezcan hasta asomarse
por fuera".
Página tras página, se suceden lo
que él considera incuestionables leyes que debemos obedecer si queremos
salvarnos de la condena. Y ese infierno es, por supuesto, el rechazo social.
Muestra el nivel de educación,
cultural, profesional y social de la persona que la practica. Cómo portarse en
la mesa, cortejar a una dama, bailar, aplaudir, tocar la puerta y hasta llevar
un ataúd.
El famoso manual, reunía reglas
estrictas para casi todo. Sin embargo, el que por más de un siglo fue un
referente de etiqueta, parece caer en el olvido.
Es más, si hoy día cumpliéramos cada uno
de sus principios, antes que vernos como gente refinada, podrían acusar a alguien de
machistas, clasistas o ridículos.
¿Es que acaso los buenos modales han
pasado de moda?
ACERCA DEL MANUAL
•
Nombre completo: Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud
de ambos sexos en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y
etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido
de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre.
•
Desarrolla obligaciones para con Dios, para con la sociedad, para con nuestros
padres, para con la Patria, para con nuestros semejantes y para con nosotros
mismos, puesto que "el hecho de formar parte del género humano ya nos
compromete a esos deberes".
¿Por
qué para algunos es obsoleto?
•
Por su excesivo formalismo, carácter casi ritual de muchas de las
recomendaciones, parcialidad en temas religiosos, clasismo y machismo. Así como por las ideas conservadoras y moralistas subrayadas.
•
Caminar por la calle con las manos metidas en los bolsillos.
•
Taparse la boca con la mano al estornudar.
•
Que las mujeres visitaran a un amigo soltero.
•
Que los hombres no usaran corbata y zapatos, incluso estando en casa.
•
Que las mujeres anduvieran en ropa interior por su casa.
•
Que la gente no se bañara antes de meterse a la cama a dormir y antes de
desayunar.
•
Para que un hombre pudiera bailar con una mujer en un festín, éste debía haber
sido presentado a la dama por un familiar de ella o por un amigo común.
•
Rascarse la cara en público.
•
Hablar con detalle de cosas personales: operaciones, enfermedades, neurosis,
alergias, accidentes, etc.
• Es
una vulgaridad hablar en sociedad de nuestra familia, de nuestra persona y de
nuestras enfermedades.
•
Hablar con un cigarro en la boca.
•
Fumar en la calle.
•
Platicar en la cocina.
• No
recargar la cabeza en los respaldos de los asientos.
• Y
hasta tener mascotas.
•
Cometer la indiscreción de hacerle alguna pregunta íntima a alguien en voz alta.
•
Peinarse con un cepillo sucio (con pelo).
•
Chuparse o morderse un mechón de pelo.
•
Morderse las uñas o cutículas.
•
Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta.
•
Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas o maltratadas o, peor aún,
sucias.
•
Comer ruidosamente haciendo gestos exagerados.
•
Cortarse las uñas frente a alguien más.
• Tomar
la comida por medio del pan (o tortilla, da igual), en lugar de emplear el
tenedor o la cuchara.
• Suspender
el plato de un lado para poder agotar enteramente el líquido que en él se
encuentre.
Pese a la mirada crítica que en la actualidad se le
tiene, Carreño fue un adelantado a su época. No sólo dedicó su manual a
jóvenes de ambos sexos cuando la enseñanza estaba casi exclusivamente orientada
a los hombres, sino que se encargaría de independizar a su hija del
"gobierno doméstico", para enseñarle música.
Y, es que, aunque el mundo haya cambiado,
el principio básico de el Manual de Carreño sigue siendo el mismo: ninguna
comunidad funciona, si no hay entre sus miembros reglas de consideración
mínimas.
Esto rige en el mundo virtual y en
el real. En español o en inglés. En un país o en otro.