La
mitología griega es un mar de historias, y muchas veces utilizamos palabras sin
saber que detrás de ellas existen mitos o leyendas que nos explican su origen. Como ésta.
Se
trata de un apólogo moral, en el que el orgulloso e insensible Narciso es
castigado por los dioses por haber rechazado a sus pretendientes. Se cree que
es una historia moralizante dirigida a los adolescentes griegos de la época.
Se
sitúa un joven de extraordinaria belleza, a quien llamaron Narciso que
provocaba grandes pasiones a hombres y mujeres, mortales y dioses, a las cuales
no corresponde por su incapacidad para amar y para reconocer al otro.
En
la mitología griega, Narciso (en griego, Νάρκισσος) era un joven con una
apariencia bella, hermosa y llamativa. Todos los hombres y mujeres quedaban
enamorados de él, pero éste los rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su
amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la
había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por
tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor. Pero un día, cuando él
estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él
preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla
oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder, Eco
salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó
a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí
se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Para
castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, la diosa de la venganza, hizo
que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una
contemplación absorta, incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a
las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor,
que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
DEL NARCISISMO
Con
frecuencia, utilizamos la palabra 'narcisista' para referirnos a
alguien que está enamorado de sí mismo o a una persona vanidosa que tiene su
ego demasiado elevado.
Sigmund
Freud, publicó su obra "Introducción al Narcisismo" e introdujo este concepto en
el área de psicoanálisis en alusión a Narciso.
El
narcisismo puede manifestarse en algunos trastornos de personalidad, en que el
paciente sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de
admiración y afirmación, que puede manifestarse en forma de egoísmo agudo y
desconsideración hacia los sentimientos ajenos; contiene vanidad, y baja
autoestima.
El
narcisista suele exhibir una aparente autoestima formidable, y socialmente
aparece como una persona muy segura, sabedora de lo que quiere y completamente
resuelta. En realidad, con ello el narcisista está camuflando su carencia real
de autoestima. En la infancia temprana de estos individuos se encuentra a
menudo una actitud indiferente por parte de sus progenitores, lo cual les deja
una inseguridad que tratan de compensar por medio de una autoevaluación
exagerada, irreal e inflada.
La
consecuencia es que los narcisistas necesitan mirarse continuamente en el
espejo de los demás para saber quiénes son, y al descubrir una pésima imagen de
ellos mismos, se ven en la necesidad de ocultarla y esconderla. Desarrollan
entonces, en compensación, una imagen artificialmente sobrevalorada hasta lo
patológico.
Las
personas inteligentes y valiosas se convierten en una amenaza
para la imagen artificial con la que el narcisista sustenta su autoestima, por
lo que su comportamiento con ellos es manipular, y cuando la manipulación no
surte efecto, es perseguidor.
Los
sujetos narcisistas poseen una autoestima muy vulnerable, siendo por esto muy
sensibles a la crítica, por su necesidad constante de admiración. En el ámbito
social los narcisistas necesitan a las
personas como fuente de gratificación. Por ello suelen elegir profesiones que
les proporcionen notoriedad social, reconocimiento o incluso fama.
Para
los narcisistas el mundo debe obedecer a sus propios puntos de vista, los
cuales considera irrebatibles, infalibles, auto-generados. Las cosas más obvias
y corrientes, si se le ocurren a él, deben ser vistas con admiración y se
emborracha en la expresión de las mismas. Tienen una inagotable sed de
admiración y adulación. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto al
efecto teatral y reconocimiento externo de sus acciones, que en la eficacia
real y utilidad de las mismas. Las personas narcisistas, aún cuando pueden
poseer una aguda inteligencia, ésta se halla obnubilada por esa visión
grandiosa de sí mismas y por su hambre de reconocimiento.
Cuando
los narcisistas ejercen posiciones de poder, se rodean de personas, que por su
propia condición, son inferiores a él o ella; y de otras, que le harán la corte
sólo en función de un interés mezquino.
El
narcisista es una persona que puede ser muy exitosa, en cuanto al brillo
externo se refiere. Él no se plantea dudas en cuanto a la realidad de sus
ideas, sean estas brillantes o no. Aún las más insulsas ideas son expresadas
con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las hacen
propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Así son ellos.
Ésta
es la historia de Narciso, el hombre que se idolatraba a sí mismo y que dio origen al narcisismo. ¿Cuántos 'narcisos' habrán en el mundo?