miércoles, 17 de julio de 2019

"OTELO" DE WILLIAM SHAKESPEARE. EL PAÑUELO DE LA MUERTE QUE OCASIONÓ EL HOMICIDIO DE UNA ESPOSA INOCENTE

    Otelo, una de las tantas obras famosas de William Shakespeare, protagonizada por un hombre que es un General con distintas condecoraciones de Venecia, tiene como historia el amor que existe entre Otelo y la hija de una persona noble de la ciudad de Italia.
        Su principal fuente narrativa, fue la novela "Un capitano moro", de Giraldi Cinthio, publicada en 1565.
Para defender a Chipre, una de sus posesiones, los venecianos confían el mando de su armada al moro Otelo, un extranjero. Éste se casó en secreto con Desdémona, la hija del dux de Venecia, y ello desencadenará la tragedia.
Otelo es una terrible y estremecedora figura, cara y cruz de la vida. Es la noche en el color de su piel, como Desdémona -su esposa-, es el día en su blancura. Al lado de Otelo existe Yago, que es el mal; otra forma de sombra, noche del alma, oscuridad, mentira... Yago es para Otelo, la venda que ciega los ojos del enamorado y le conduce a la desesperación y al crimen.

LA BODA SECRETA NO CONSENTIDA


         La historia trágica, inicia en Venecia, en el diálogo de los dos personajes. Yago, que es el alférez del protagonista, quien toma unas monedas de Rodrigo -un caballero veneciano-, quedando en una especie de pacto después que Yago le confesara su odio y acecho contra Otelo -general en el ejército de Venecia-, mejor conocido como 'el moro'; por haber elegido a Cassio como su teniente, enfureciendo Yago porque él deseaba ese puesto. Y envidioso, comienza a destilar la insidia de la traición y enloquece al moro, volviéndole víctima de los celos.
        Decididos Yago y Rodrigo a vengarse de Otelo, se dirigen a un encuentro nocturno con el padre de la entonces novia del protagonista. Brabantio escucha a Rodrigo decirle que proteja a su hija de todo mal que le aceche y de cualquiera que quisiera robársela, entonces va donde está su hija en su habitación; a ella la hace dormida, aunque se enfurece al ver lo contrario.

         Pero después da seguridad sobre el paradero de su hija, confirmando que se ha escapado para su encuentro romántico con su novio, el protagonista. Rodrigo le dice que han organizado una boda y enfurecido con todo lo que está pasando, llama a todos sus sirvientes con antorchas y armas para buscarlos e impedir el gran acontecimiento: la boda de Otelo y su hija Desdémona.

      Mientras tanto, Yago se adelantó al encuentro de Otelo para informarle sobre lo que vendría en camino, influyéndolo sobre escapar del enojo que sentía Brabantio al enterarse de su casamiento. Pero Otelo, el gran moro general de Venecia se negó y su decisión fue quedarse a recibir cualquier tipo de agresión, por el gran amor que sentía por ella.

    A la vista de Otelo resaltan varias antorchas y pregunta sobre su proveniencia, entra Cassio su teniente y le explica que el Magistrado Supremo le solicita inmediatamente. En respuesta a Otelo ante la urgencia, Cassio le explica que el asunto es sobre Chipre y que los mensajeros andaban en su búsqueda para darle la solicitud. 
      Otelo notifica a sus sirvientes sobre su próxima salida, quedan Yago y Cassio solos y este último le pregunta sobre su presencia en el lugar. Yago le da entender que Otelo cometió un error al casarse y Cassio quiso saber quien era la esposa, momento oportuno en el que Otelo entra interrumpiendo la conversación y pidiendo a su teniente y Yago que lo acompañen.

Cassio notifica la llegada de Brabantio y sus servidores van directamente hacia Otelo y lo desarman, Brabantio y Otelo entran en contienda sobre cómo se llevará a cabo la acusación que sostiene Brabantio, sugiriendo que Otelo pase la espera para resolver el caso bajo prisión. El Oficial junto a Otelo se niegan, por la razón de que el Magistrado Supremo los solicita con urgencia.

Aprovechando la oportunidad para marcharse, mientras tanto el Magistrado Supremo junto a los senadores, discuten sobre una supuesta invasión turca que se dirige a Chipre. Interrumpiéndolos, entra un marinero a decirles que la flota turca se dirige a la isla de Rodas; el Magistrado Supremo y los senadores, no tardan en concluir que se trata de un señuelo para distraerlos.

Esta distracción, es para ocultar la verdadera intención de los planes turcos. Siendo pronta la llegada de Otelo, Yago, Brabantio, Rodrigo y los oficiales al encuentro del Magistrado Supremo y los senadores; instantáneamente sugieren la ayuda y apoyo de Otelo y Brabantio, este último no se niega y aprovecha para decirle sobre su pena y el dolor que le ha ocasionado su hija, señalando de culpable a Otelo.
Para defenderse, Otelo explicó y desmintió ante el Magistrado Supremo y los senadores sobre las acusaciones que Brabantio mantenía sobre la conquista y robo de su hija. Durante la confrontación, Otelo pide que busquen a Desdémona para que ella relate como ha sido su historia de amor y añadió aceptar cualquier juicio si al escucharla confirmaban la acusación de su padre.

        Yago y los oficiales van en búsqueda de Desdémona, durante la espera, Otelo narra su historia de amor con la hija de Brabantio al Magistrado Supremo y los senadores. Cuando termina su relato entran Yago y los oficiales junto a Desdémona, quien rápidamente es cuestionada por su padre sobre su amorío con Otelo. Ella confirma lo dicho, haciendo que su padre pueda caer en depresión.

Al ser todo aclarado, no tardan en volver al tema de la invasión turca. Otelo decide hacerse cargo de la situación, mas vuelven al tema sobre donde residirá junto a su esposa, negándose a la opción de convivir con Brabantio. Recibiendo la aceptación de su padre, Desdémona junto a su esposo Otelo deciden marcharse con Yago, su esposa Emilia, Cassio y Rodrigo a la batalla contra los turcos.

     Durante el viaje, Yago y Rodrigo mantienen una conversación donde Rodrigo confiesa su amor por Desdémona. Yago no tarda en aprovechar y sembrar en él la posibilidad de arremeter contra Otelo para obtenerla, llevando a cabo la gran calumnia sobre Otelo que se acostó con su esposa Emilia, y en plan de venganza hará creer a Otelo que Cassio se ha estado acostando con Desdémona.

        Cuando todos llegan a Chipre, esperando una guerra, se encuentran con un gran festejo, en donde la situación se desenvuelve a favor de los planes que tiene Yago. Resaltando Cassio como todo un casanova, más aún en presencia de Emilia la esposa de Yago, junto a Cassio hacen guardia y Yago lo emborracha y provoca una contienda entre él y Rodrigo.
         Otelo interrumpe la pelea, dando por despedido a Cassio de su cargo por estar ebrio en lugar de hacer su trabajo. Yago le pide a Cassio que hable con Desdémona para que ella le sugiera a Otelo que vuelva a poner a Yago en el cargo, en lo que éste se plantea sobre cómo logrará hacer creer a Otelo sobre el supuesto emparejamiento que tienen Cassio y Desdémona.

Pasado el momento, Cassio pide hablarle a Desdémona para que vuelvan a darle el trabajo a Yago y ella da seguridad que así será. Mientras que Otelo junto a Yago se dirigen a su encuentro, Cassio se levanta evitando la pronta incomodidad por el despido de Otelo y ya solos, no pierde la oportunidad para decirle a Otelo sobre sus supuestas sospechas de amor entre Desdémona y Cassio.

Influye así en Otelo para que preste toda atención a las siguientes reacciones de su esposa Desdémona, en hacer notar su enamoramiento por Cassio y toda mayor sospecha que ésta confirme ante Otelo; quien no tarda para depositar su confianza en Yago y le da su trabajo de nuevo, saliéndose una vez más Yago con la suya. De tanto pensar, cayó en odio increíble y sin comentar nada al respecto.

EL PAÑUELO QUE DESENCADENÓ LA MUERTE


Resentimiento e impotencia retenida, por todo lo que según pasaba con su esposa Desdémona y Cassio, Otelo cae enfermo de todo esto. Ella deseó atender a su marido con un pañuelo que los dos consideraban símbolo de su amor, pues perteneció a la difunta madre de Otelo; objeto que dará mayores problemas, terminando por ser conocido como 'el pañuelo de la muerte'.
Bajo manipulación de su esposo Yago, Emilia sigilosamente roba el pañuelo y se lo entrega a Yago después de tantas insistencias, a lo que éste lo obtiene e inmediatamente se dirige a la habitación de Cassio, entregándole el pañuelo a Cassio. Otelo en busca de Yago para sus servicios, le vuelve a dar más calumnias sobre la infidelidad de su esposa con Cassio.

Al ver Otelo que el pañuelo no está en sus aposentos, confirma que su esposa realmente le ha estado siendo infiel y comienza sus deseos por quererla muerta. En breve, Otelo yace discutiendo con su esposa Desdémona en presencia de Emilia, la esposa de Yago; discutían por el paradero del pañuelo y bajo el intento de Desdémona por cambiar el rumbo que todo esto llevaba, sugiere hablar de Cassio, pero la discusión aumenta su tensión.

En escena, entra una prostituta llamada Bianca que está perdidamente enamorada de Cassio. Éste le da el pañuelo que Yago le dio, y ella insegura si el pañuelo era alguna prueba de amor de otra mujer, hace que Cassio le haga juramento que sus sospechas no son ciertas y que el pañuelo es un obsequio inocente. Después de este encuentro, Yago busca que Cassio le hable sobre Bianca de una forma perversa.

Sin sospechar que Otelo a escondidas escuchaba su conversación, Yago hace creer que Cassio se está refiriendo a Desdémona, provocando más ira y deseo dentro de Otelo para matar a Cassio. Bianca después de enterarse que el pañuelo era de otra mujer, se marcha y Cassio va tras ella a tratar de comprender que sucedía.
Yago sigue manipulando la situación, convenciendo a Otelo que mate a su esposa Desdémona estrangulándola, a lo que un mensajero de Venecia llega con la notificación que deben volver a la ciudad. Otelo delante del mensajero abofetea a Desdémona y la insulta desde ramera, adultera y más; adentrándose después en su habitación para seguir discutiendo en privado y ella no se defiende ante las acusaciones, ya que es una mujer noble. Antes de morir, pide piedad a Dios y a su esposo, pero lleno de todo este odio y celos la mata.

Mientras esto sucedía, Rodrigo está impaciente porque Yago se aprovecha de sus bienes, sin entregarle a Desdémona a cambio. Yago para calmar sus ansias le dice que espere sólo un poco más, agregando su plan sobre cómo mataría a Cassio y le da el dato de que es posible que eso suceda esa misma noche y lo insta a esperar el momento.

Antes de la muerte de Desdémona, ésta se encontraba conversando con Emilia y de un momento a otro, aquélla toma una rara actitud y anuncia su propia muerte cantando. Emilia cambia el tema, con la idea de serle infiel a su esposo si existiera una muy convincente razón.

Todo toma un giro sorprendente, mientras Rodrigo y Yago acechaban la llegada de Cassio. Cuando él llega, Rodrigo intenta fallidamente apuñalarlo terminando él apuñalado por Cassio y a traición Yago apuñala a Cassio, quien con fuertes quejidos alerta a dos caballeros y Yago finge que él acababa de llegar al lugar.
        Les hizo creer a los caballeros y a Cassio que Rodrigo era el atacante, y se adelanta a matarlo antes que éste diga lo contrario. Bianca queriendo saber lo que sucedía, va a la escena y entre sus reacciones de miedo Yago la culpa por lo que ha sucedido. Él inventa el suceso a su esposa Emilia y la manda a notificarle a Otelo y su esposa sobre lo que aconteció.

Cuando Emilia va en busca de los esposos, Otelo se alarma por no saber cómo hacer para que no noten que su esposa Desdémona se encuentra sin vida. Emilia equivocadamente notifica que fue Cassio el asesino de Rodrigo. Otelo furioso porque Cassio está vivo, se dirige a ese sitio. Emilia se da cuenta de la mala jugada que ha realizado Yago.

Las personas que no tardan en llegar, se alborotan ante la revelación de Emilia sobre su esposo Yago, el manipulador de toda esta tragedia. Yago inmediatamente la acuchilla, pero toda la verdad ya está dicha. Él se niega a darle cualquier explicación a Otelo sobre el porqué se dedicó a destruir su vida, dejándolo sin nada.

Finalizando, los caballeros se llevan a Otelo a Venecia para aprisionarlo y darle castigo por haber matado a Desdémona, su difunta esposa, quedando encargado Cassio de la situación que acontecería en Chipre. Otelo sin razón alguna para seguir viviendo, sin querer seguir soportando todo el dolor que le había ocasionado Yago, decide quitarse la vida.
Como en un ensalmo, cuya fantasmagoría emponzoña la acción y la convierte en pesadilla, la realidad se distorsiona y cae a pedazos. El recuerdo de trozos de lenta tortura en Otelo a los que sólo rara vez podía volver a enfrentarse.

Aquí están los personajes y sus palabras, desplegados en el claroscuro de sus tormentos. Son reflejos no de sí mismos, sino de la humanidad toda.


— "El celoso no lo es por un motivo: lo es porque lo es. Son los celos un monstruo engendrado y nacido de sí mismo".