Los sueños abarcan la
totalidad de la vida mental de la persona. Desde la antigüedad, los sueños han
sido considerados una forma de contacto con la divinidad y la mejor forma de
vaticinar eventos futuros. Éstos nos traen cada noche universos insólitos,
personajes misteriosos, visiones infernales -o angelicales- o episodios
maravillosos que no podríamos vivir despiertos.
Soñar,
es abrir una puerta de la mente. Todas las esperanzas, ambiciones, deseos,
miedos, fantasmas, amigos, tiempos buenos y malos residen allí; son parte de la
mente primitiva y constituyen una vía de acceso a realidades que están más allá
del alcance de la lógica. Se sabe que los sueños son únicos. Ninguna persona
puede tener los antecedentes, las emociones o las experiencias de otra. Cada
sueño se conecta con su propia 'realidad'. Por lo tanto, al interpretarlos, es
importante ponerlos en el contexto de las propias experiencias y vida personal de quien sueña.
Un
sueño unifica al cuerpo, mente y espíritu. Provee conocimientos sobre nosotros
mismos y medios para la exploración de la particular individualidad. Comprender los
sueños, es conocerse y entenderse un poco mejor y pueden llegarse a mejorar
aspectos de la personalidad. Así que debe aprovecharse esta oportunidad que brinda
el subconsciente y después investigar los sueños.
Los
sueños parecen ser una manera por la cual el subconsciente considera, clasifica
y procesa todos los problemas que se encuentran en la vida despierta. Y los
sueños han sido objeto de estudio a través de los siglos y forman una parte
importante del psicoanálisis moderno.
En
1900, Sigmund Freud publicó "La interpretación de los sueños", obra que
formalizaría la teoría y el método psicoanalítico. Para este autor, el sueño es
la mejor manera que tiene una persona de acercarse a su inconsciente y; por lo
tanto, a sus deseos más profundos, mismos que tienden a mostrarse disfrazados
en tanto que uno mismo los considera peligrosos. Han pasado más de 100 años
desde la publicación de esta obra parteaguas para la concepción de la mente
humana, a través de la cual el psicoanálisis se ha enriquecido junto con
diversas experiencias clínicas y marcos teóricos que complementan las
propuestas freudianas.
Algunas
personas piensan que todo lo que se ha dicho sobre la mente y el psicoanálisis,
relacionado con la interpretación de los sueños, son tonterías de una pseudo-ciencia.
Es un error. El trabajo de famosos psicoanalistas como Freud y Jung ha ayudado
a miles de personas normales y sanas, por no mencionar los muchos casos de
perturbaciones mentales graves. Sus hallazgos pueden ser aplicados de una forma
sencilla a la propia experiencia de cada uno, en la búsqueda del equilibrio.
Los
sueños se constituyen de pensamientos del soñador. Por tanto, es muy difícil -si
no imposible-, interpretarlos cuando no se conoce a quien sueña. Y para reconocer el
significado, es necesario conocer los antecedentes de la persona. Por esta
misma razón, la mejor interpretación la puede dar el mismo soñante. Lo demás, es
sólo una guía para desarrollar esta labor.
SUEÑOS LÚCIDOS O CONSCIENTES
Los
sueños conscientes, ocurren cuando el soñante se da cuenta que sueña en medio
de su sueño. La mayoría de los soñantes se despiertan una vez que se dan cuenta
que sólo están soñando. Otros soñantes han desarrollado la habilidad de
permanecer en el estado consciente de soñar. Pueden incluso llegar a ser
participantes activos en su sueño, tomar decisiones en sus sueños e influir en
el resultado de su sueño sin despertar.
Las leyes de la física y las de la sociedad, se derogan
en los sueños. Los límites sólo son los de la imaginación.
Cuando
no se está lúcido en un sueño, se piensa y se comporta como si se estuviera
despierto en realidad.
PESADILLAS
Las
pesadillas, son sueños perturbadores que hacen que el soñante al despertar se
sienta ansioso y asustado. Las pesadillas pueden ser respuestas a situaciones y
traumas reales. Éstas pueden también ocurrir porque hemos ignorado o
rehusado a aceptar una situación particular de la vida. Las pesadillas son un
indicio de temores que deben ser reconocidos y confrontados. Es una manera en
que nuestro subconsciente da un aviso.
Las
pesadillas son una subcategoría de los sueños. La diferencia estriba en su
contenido emocional o atemorizador. A causa de su propia naturaleza, se tiende
a recordar las pesadillas y sus detalles vívidos. Las pesadillas tienen un
impacto más grande sobre la mente al despertar.
Una
de las razones de ocurrencia de las pesadillas, puede ser que nuestro
subconsciente quiere lograr nuestra atención, sobre una situación o problema que
se ha evitado. Indican que es tiempo de enfrentar, cual sea el caso. Las pesadillas
tienen un propósito importante en mostrar lo que inquieta a la persona desde
dentro de ella a niveles más profundos. Discutir, analizar y comprender las
pesadillas puede conducir a la solución de algún problema, conflicto interno o
dificultad personal.
CAUSAS DE LAS PESADILLAS
- La niñez y la familia. Las
pesadillas actuales, pueden estar arraigadas en traumas y negligencias sufridos
desde la niñez. Desde la carencia de amor, negligencia, alcoholismo, hasta el
abuso severo. Los miembros de la familia, en algunos casos, pueden ser la
influencia más destructiva sobre la vida de una persona. Las pesadillas pueden
ser una señal de tal agitación interior.
- La vida. La manera como la
vida de la persona se desarrolla y la sociedad en su conjunto, puede contribuir
a las pesadillas. La percepción que se tenga del mundo, guerras, desastres
naturales, crímenes y la incapacidad individual de controlar tales sucesos
puede conducir a pesadillas.
- Las relaciones. Las
relaciones íntimas y las interacciones diarias con los demás, pueden también ser
una fuente de las pesadillas. Una persona puede estar paranoica acerca de la
impresión que causa en los demás. El aislamiento y la infelicidad pueden
aparecer en pesadillas como abandono y soledad.
- La tensión. La manera en
que se maneja la tensión, puede provocar pesadillas. Las pesadillas son una
respuesta normal a niveles inaceptables de temor y tensión. La gente frecuentemente
tiene pesadillas sobre su acontecimiento traumático, como una guerra, una
muerte, accidentes, terrorismo; etc.
- El trabajo. La mayoría de
personas pasa la mayor parte del día trabajando, por lo que hechos conexos con
el trabajo son una fuente común de pesadillas. El estrés, la seguridad en el
trabajo (o la carencia de ella), los compañeros de trabajo, problemas no
resueltos, o el descontento general con lo que se hace pueden manifestarse en
una pesadilla.
En
general, tensión, traumas, temores, inseguridades, sentimientos de
insuficiencia, problemas de salud, asuntos maritales; etc., todo ello pueden ser las
razones para tener pesadillas.
Tener
pesadillas frecuentemente, puede ser una señal de estar abrumado y con tensión baja.
Las pesadillas pueden ser un recurso importante también para el descubrimiento
emocional. Sin embargo, merece la pena tener un sentido de esos sueños más
oscuros.
SUEÑOS RECURRENTES
Los
sueños recurrentes se repiten con poca variación en la historia o tema. Estos
sueños pueden ser positivos, pero frecuentemente la mayoría de ellos son
pesadillas. Los sueños pueden recurrir, porque un conflicto plasmado en el
sueño permanece no resuelto e ignorado. Una vez que se ha encontrado una
solución al problema, los sueños recurrentes pueden cesar.
La
mayoría de los sueños, contienen mensajes que sirven para enseñarnos algo sobre
nosotros mismos. En los sueños recurrentes, el mensaje puede ser tan importante
y/o poderoso. La repetición constante de tales sueños fuerza a prestar atención
y enfrentar el sueño, ya que éste trata desesperadamente de contar algo.
Los sueños
recurrentes son muy comunes y son provocados, frecuentemente, por alguna
situación específica de nuestras vidas o un problema que regresa una y otra
vez. Estos sueños pueden recurrir a diario, una vez a la semana, o una vez por
mes; pero cualquiera que sea la frecuencia, hay poca variación en el contenido
del sueño en sí mismo. Usualmente apuntan a alguna debilidad personal, temor, o
incapacidad de arreglar algo en nuestras vidas, actuales o pasadas.
Por
supuesto, hay también sueños agradables recurrentes. Algunos dicen entrar en un
mundo diferente, otros atribuyen esto a recuerdos de viejos sueños que crean
uno nuevo.
Ocurre contínuamente que una vez que se descubre lo que el sueño recurrente trata de
decir, estos sueños cambian o desaparecen por completo.
SUEÑOS PROFÉTICOS
Los
sueños proféticos, conocidos también como sueños premonitorios, son los sueños
que aparentemente pronostican el futuro. Una teoría racional para explicar este
fenómeno es que nuestra mente es capaz de organizar en el subconsciente, información,
observaciones y datos que normalmente se descuidan o que no se consideran
seriamente. En otras palabras, nuestra mente inconsciente sabe qué viene antes
que nosotros conscientemente organicemos la misma información.
No
hay vaticinio de mayor peso que el anunciado por un sueño. El despertar de
cualquier persona -ya sea crédula total o escéptica irremediable- quedará
marcado por imágenes de gloria, muerte, felicidad o desesperanza si algún
suceso onírico así lo determinó. Sí es cierto que cada sueño hay que interpretarlo de acuerdo con el soñador -como
sostenía Jung-, donde se estableció que una imagen onírica premonitoria tiene puntos
comunes al desentrañar su significado. Al menos en un altísimo porcentaje de
los casos.
A
diferencia de los sueños comunes, hay elementos determinados que tienen en los
sueños premonitorios un significado concreto en más del 97% de los casos. Cuando
alguien duerme, recibe estímulos del cuerpo y del exterior. La suma de unos y
otros, induce a un estado de sensibilidad onírica que favorece la aparición
inconsciente de sucesos extrasensoriales. El conocimiento cierto de un hecho
futuro (precognición) intervendría entonces y, a la mañana siguiente o en días
sucesivos, lo soñado efectivamente ocurriría.
SUEÑOS DE SALUD
Los
sueños de salud, sirven como mensajes para el soñante con respecto a su salud.
Los sueños de esta naturaleza pueden decirle al soñante que necesita ir al
dentista o médico.
Asclepio,
considerado por los griegos -a partir del siglo V a. C.- como el dios de la
Medicina, tuvo sus templos en todo el mundo antiguo. Primero en Grecia y Asia
Menor, más tarde en Roma y en sus posesiones. En éstos, los pacientes eran
tratados por incubatio o "ensueño sanador"; esto es, se les hacía
pasar una noche en la casa del dios para que, durante el sueño, éste apareciera
frente al enfermo y le comunicara una prescripción.
Entonces,
la riqueza de los sueños radica en que se encuentran íntimamente ligados a la
individualidad de la persona. Por lo tanto, a pesar de la creencia
popular, no existe un manual de interpretación de sueños y no es posible
otorgarle un sentido al mismo sin conocer la situación emocional de cada
persona en algún determinado momento de su vida.