sábado, 22 de junio de 2019

XOCHIMILCO: LA EMBLEMÁTICA Y PERTURBADORA LEYENDA DE "LA ISLA DE LAS MUÑECAS"

         En esta isla ubicada en los canales de Xochimilco, al sur del centro de la Ciudad de México, habitan cientos de muñecas; las cuales, no tienen el más mínimo deseo de hacer sentir tranquilos a sus visitantes. Miles de ojos observan mientras se hace cualquier cosa. Verdaderamente perturbador. Este lugar tiene una intrigante leyenda y ahora es un atractivo turístico. Quienes las han visto y contemplado, aseguran que las muñecas se mueven y envejecen.
        La región está habitada por cientos de personas, pero esta pequeña isla es el hogar de una amplia variedad de muñecas terroríficas con cabezas decapitadas y quemadas, miembros cortados y otros detalles que adornan los árboles y las construcciones de toda la isla cubiertas de telarañas e insectos.

ANTECEDENTES


        Cuando en 1950, Julián Santana Barrera colocó las primeras muñecas a manera de espantapájaros en esta peculiar isla, jamás se imaginaría que tiempo después se convertiría en una de las macabras e inquietantes colecciones de México y el mundo.
Una a una se iban acumulando y si bien su objetivo original era alejar a las aves que se comían la siembra, poco tiempo después les dio un significado distinto: eran una especie de amuleto contra un espíritu que, se dice, ronda por el lugar.
La historia cuenta que un día, mientras Don Julián navegaba por estos canales, se encontró a una niña ahogada. El destino, la casualidad o alguna extraña fuerza hicieron que, años más tarde, en el mismo lugar en el que se encontraba su cruz, él se ahogara también.

Según esta leyenda, la niña falleció ahogada enredada entre los lirios del canal y su cuerpo fue encontrado a las orillas de las chinampas de Santana. Se cuenta que cuando el cuidador de la isla, Julián Santana, encontró a la niña ahogada intentó reanimarla aplicándole respiración boca a boca.
Don Julián comenzó a experimentar situaciones inexplicables por lo que, aterrorizado, colocó muñecas que encontraba en la basura o en los canales de Cuemanco ahora con la idea de que éstas ahuyentarían el alma de la niña. Entonces comenzó a colgar muñecas por todos lados para aplacar la furia, ya que creía que las muñecas ayudaban a ahuyentar el espíritu de aquella ahogada años atrás.
Con el paso de los días, se dio cuenta que las muñecas tomaron vida, que estaban poseídas y se escuchaban ruidos por toda la isla. En el afán por encontrar su salvación, Julián vendió todas sus posesiones para comprar más muñecas e incluso revolvía la basura para buscar nuevos juguetes.
Santana falleció de la misma manera y en el mismo lugar, en el año 2001. Supuestamente, había confesado a su sobrino que había una sirena en el río que quería llevárselo desde hacía mucho tiempo. Los lugareños creen que su espíritu se ha unido al de la pequeña y que la isla está encantada.

EL SURGIMIENTO DE LA LEYENDA DE LAS MUÑECAS MALDITAS


Hoy por hoy, es su sobrino Anastasio el encargado de guiar a los turistas que desean explorar este misterioso y terrorífico lugar.

Llegar a la peculiar "Isla de las muñecas" no es cosa fácil: primero hay que vencer el obstáculo del miedo y después, una vez ya en el embarcadero de Nativitas, hay que tomar una trajinera que tarda entre dos horas y dos horas y media en llegar a este destino. Después de ver pasar kilómetros de parajes solitarios, al fin se llega a este lugar que le pone los pelos de punta a cualquiera.
Según cuenta Anastasio, hay alrededor de unas dos mil muñecas. Cuencas de ojos vacíos, brazos rotos, cabezas destrozadas, son mudos testigos del paso del tiempo.
Hay muñecas de Canadá, Brasil, Holanda, Noruega, Inglaterra. Son donaciones de los visitantes que vienen y quieren dejar algo a manera de colaboración. Pero no todos son tan generosos. Algunos en vez de dejar muñecas, se las roban, para llevarse un 'recuerdo' gratis.
Pero estas historias de robos han terminado mal. Cuentan que una vez unos jóvenes robaron una muñeca, al parecer sólo por hacer la maldad. Ya estando en el embarcadero la botaron y cuando iban en el Periférico, se mataron en un accidente. No se sabe si fue coincidencia, pero esa noticia fue muy famosa, salió en la televisión y en los periódicos.
Aunque no se sabe bien a bien cuál sea la muñeca que lleve más tiempo, sí se sabe cuál es la más visitada. Adentro está Agustinita, la muñeca preferida de Don Julián. Ella tiene ya unos 55 años ahí. Hay quienes dicen que es milagrosa, vienen y le rezan, le piden favores. Una vez una muchacha de Tijuana que tenía años intentando embarazarse, fue y le rezó. Luego de mucho tiempo regresó a agradecerle, porque ya había podido tener hijos.
Para el cuidador, este lugar no sólo es un atrayente de turismo: es donde vive y trabaja la tierra. Ahí planea quedarse hasta el día en que la muerte se lo lleve y tengan que enterrar sus restos en el panteón de Xochimilco, donde su familia tiene perpetuidad.
Mientras tanto sigue y seguirá compartiendo residencia con los cuerpos desmembrados de las muñecas, con las voces de lamentos que se escuchan de noche y con las decenas de historias de espantos y apariciones que se conocen de este apartado lugar en las entrañas de Xochimilco.
Ahora la isla es una atracción popular y escalofriante, donde los visitantes llevan más muñecas, ampliando la colección. Algunos testigos aseguran haber visto movimientos en las cabezas, brazos e incluso aseguran ver cómo las muñecas abrían los ojos. Más aún, han escuchado a las muñecas susurrando entre sí y algunos paseantes que han transitado en trajineras y canoas, afirman que podían ver y oír a las muñecas haciendo señas para que se acercaran a la isla.