viernes, 21 de junio de 2019

LA EROTECA: EL LENGUAJE SEXUAL GENUINO A TRAVÉS DE LOS GEMIDOS COMO TRANSMISIÓN NO VERBAL

"Las palabras se caen de mis manos...
y el DOLOR de mi lengua"
(Pablo de Rokha)

         A veces no se necesitan las palabras, se prescinden de ellas. Es una vía de doble sentido durante el acto sexual. Y estar en el acto, es encontrarse en un momento totalmente primitivo, sublime y vulnerable en el que cada persona debe adentrarse y disfrutar.
       En el desarrollo pleno de la sexualidad, mientras más información, más herramientas tienen las parejas a su alcance para experimentar su relación sin cortapisas que les bloqueen o impidan la culminación de cada acto sexual; como es el caso de un elemento tan natural, como lo sonidos y las emisiones no verbales que se desprenden durante estos encuentros.

     La respiración, los gemidos, los quejidos y los gritos sexuales, son indicadores de que los estímulos -sus formas y sus intensidades- que se le están aplicando a la pareja son los adecuados y que ésta responderá de acuerdo a ellos, para evidenciar que las caricias que recibe son las correctas. Por ende, juega un papel clave en la excitación el gemir, hacer ruido o gritar en la cama como una forma de expresión; que básicamente libera y deja llevar, además de aniquilar todo aquéllo que tense.

Entonces debe prestarse atención a estas manifestaciones que, además, tienen la función de estimular a la pareja; por ello, es recomendable aprender técnicas de respiración e, incluso, encontrar y practicar los quejidos que se consideren apropiados para usar durante los encuentros íntimos.
Se sabe científicamente que la sangre de una persona que está siendo bien estimulada -y, por tanto, que está logrando un alto nivel de excitación- aumenta su nivel de circulación, sobretodo en la zona que está siendo estimulada; lo que incrementa también la demanda de oxígeno, y provoca una respiración más intensa.

Así que cuando la respiración durante el acto sexual es entrecortada, la persona se cansa más rápido y disminuye la prolongación de la excitación y el placer que está recibiendo; por lo que es recomiendable que en esos momentos la respiración sea profunda y nasal, pero expulsando el aire por la boca para aumentar la oxigenación y la circulación de la sangre y con esto, prolongar la intensidad del placer.

Ya luego, así como el gemido es una respuesta positiva al estímulo, el grito -que a veces es una mezcla de placer y dolor-, indica que la pareja está en el punto máximo de excitación. Puede decirse entonces que la respiración, los gemidos, los quejidos y los gritos sexuales son códigos de suma importancia, especialmente en las personas que no expresan con palabras lo que sienten.

También al expresar excitación, se estimula a la pareja y da oportunidad de saber que hace lo correcto y, aunque se intente fingirlo, siempre será un indicador más realista que las palabras.

LOS GEMIDOS DEL ESPÍRITU

        El gemido del interior, el que emana del espíritu, es hablar en algún idioma extraño. Según el transcurso de una relación sexual, se producen sonidos; son esos gemidos indecibles, a veces descifrables y otras tantas, tan indescifrales. Gemir tiene que ver con un suspiro profundo, con un sentimiento interno de dolor o ardor inexplicable. Gemir, es lanzar el suspiro y el quejido de lo que desea escapar de la esclavitud de adentro y se exterioriza.

         En la mayoría, pareciera como si tuviesen un nivel predeterminado y pudiesen adaptarse al volumen que tenga su pareja y tienden a subirlo sólo cuando el otro haya hecho algo que han sentido como espectacular, o en el peor de los casos, cuando buscan acelerar el fin del coito.
     Actualmente, el sexo ruidoso es un tema tabú para mucha gente, quienes se dividen ante la máxima excitación, si gritar o no. Sin embargo, hay personas -tanto hombres como mujeres- que decidieron dejar de reprimir sus gustos y acciones en la cama.

        La cuestión es muy simple, las personas evitan emitir sonidos en la cama por incomodidad, por pena, o por el temor a ser juzgados; lo que condiciona de antemano una libre experiencia sexual.

Y para quitarse esa venda de los ojos, lo primero que debe pensarse y digerirse, es que las relaciones sexuales y la sexualidad son algo inherentemente natural.

Cuando se logra entender eso y justo en el momento en el que se libera la tensión que se ha acumulado, y cuando todos los sentidos están disparados, todo es mucho más erótico. Lo que casi garantiza un orgasmo explosivo y excelso.

         Comunicarse es algo crucial para saber qué nos gusta, conocernos y sentirnos más cómodos y; por supuesto, transmitirlo. Así como para prosperar en la relación y modificar o subsanar lo que no debe hacerse. Mejorar la comunicación es importante. No hay nada superable que el sexo cuando se es capaz de vivirlo plenamente y sin presiones. Disfrutar de la intimidad, cuidar a la pareja, manifestarse recíprocamente y buscar qué es lo que más los excita cuando de relaciones sexuales se trata es la base coyuntural y la construcción de todo.
Una vez que se deja de reprimir la comunicación no verbal, se experimentará la sexualidad de una forma 100% diferente. Sentirse deseada/o, cómoda/o y segura/o… y con ello, lograr que tu pareja lo sea también contigo.

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