"Las
palabras se caen de mis manos...
y el
DOLOR de mi lengua"
(Pablo
de Rokha)
A veces no se necesitan las palabras, se prescinden de
ellas. Es
una vía de doble sentido durante el acto sexual. Y estar en el acto,
es encontrarse en un momento totalmente primitivo, sublime y vulnerable en el
que cada persona debe adentrarse y disfrutar.
En el desarrollo pleno de la sexualidad, mientras más
información, más herramientas tienen las parejas a su alcance para experimentar
su relación sin cortapisas que les bloqueen o impidan la culminación de cada acto
sexual; como es el caso de un elemento tan natural, como lo sonidos y las
emisiones no verbales que se desprenden durante estos encuentros.
La respiración, los gemidos, los quejidos y los gritos
sexuales, son indicadores de que los estímulos -sus formas y sus intensidades- que
se le están aplicando a la pareja son los adecuados y que ésta responderá de
acuerdo a ellos, para evidenciar que las caricias que recibe son las correctas.
Por ende, juega un papel clave en la excitación el gemir, hacer ruido o gritar
en la cama como una forma de expresión; que básicamente libera y deja llevar,
además de aniquilar todo aquéllo que tense.
Entonces
debe prestarse atención a estas manifestaciones que, además, tienen la función de
estimular a la pareja; por ello, es recomendable aprender técnicas de
respiración e, incluso, encontrar y practicar los quejidos que se consideren
apropiados para usar durante los encuentros íntimos.
Se
sabe científicamente que la sangre de una persona que está siendo bien
estimulada -y, por tanto, que está logrando un alto nivel de excitación-
aumenta su nivel de circulación, sobretodo en la zona que está siendo
estimulada; lo que incrementa también la demanda de oxígeno, y provoca una
respiración más intensa.
Así
que cuando la respiración durante el acto sexual es entrecortada, la persona se
cansa más rápido y disminuye la prolongación de la excitación y el placer que
está recibiendo; por lo que es recomiendable que en esos momentos la
respiración sea profunda y nasal, pero expulsando el aire por la boca para
aumentar la oxigenación y la circulación de la sangre y con esto, prolongar la
intensidad del placer.
Ya
luego, así como el gemido es una respuesta positiva al estímulo, el grito -que
a veces es una mezcla de placer y dolor-, indica que la pareja está en el punto
máximo de excitación. Puede decirse entonces que la respiración, los gemidos, los
quejidos y los gritos sexuales son códigos de suma importancia, especialmente
en las personas que no expresan con palabras lo que sienten.
También
al expresar excitación, se estimula a la pareja y da oportunidad de saber que
hace lo correcto y, aunque se intente fingirlo, siempre será un indicador más realista
que las palabras.
LOS GEMIDOS DEL ESPÍRITU
El gemido del interior, el que emana del espíritu, es hablar
en algún idioma extraño. Según el transcurso de una relación sexual, se producen
sonidos; son esos gemidos indecibles, a
veces descifrables y otras tantas, tan indescifrales. Gemir tiene que ver con
un suspiro profundo, con un sentimiento interno de dolor o ardor inexplicable.
Gemir, es lanzar el suspiro y el quejido de lo que desea escapar de la
esclavitud de adentro y se exterioriza.
En la mayoría, pareciera como si tuviesen un nivel
predeterminado y pudiesen adaptarse al volumen que tenga su pareja y tienden a
subirlo sólo cuando el otro haya hecho algo que han sentido como espectacular,
o en el peor de los casos, cuando buscan acelerar el fin del coito.
Actualmente, el sexo ruidoso es un tema tabú para mucha
gente, quienes se dividen ante la máxima excitación, si gritar o no. Sin embargo,
hay personas -tanto hombres como mujeres- que decidieron dejar de reprimir sus
gustos y acciones en la cama.
La cuestión es muy simple, las personas evitan emitir
sonidos en la cama por incomodidad, por pena, o por el temor a ser juzgados; lo que
condiciona de antemano una libre experiencia sexual.
Y
para quitarse esa venda de los ojos, lo primero que debe pensarse y digerirse,
es que las relaciones sexuales y la sexualidad son algo inherentemente natural.
Cuando se logra entender eso y justo
en el momento en el que se libera la tensión que se ha acumulado, y cuando
todos los sentidos están disparados, todo es mucho más erótico. Lo que casi garantiza
un orgasmo explosivo y excelso.
Comunicarse
es algo crucial para saber qué nos gusta, conocernos y sentirnos más cómodos y; por supuesto, transmitirlo.
Así como para prosperar en la relación y modificar o subsanar lo que no debe hacerse. Mejorar
la comunicación es importante. No hay nada superable que el sexo cuando se es
capaz de vivirlo plenamente y sin presiones. Disfrutar de la intimidad, cuidar
a la pareja, manifestarse recíprocamente y buscar qué es lo que más los excita
cuando de relaciones sexuales se trata es la base coyuntural y la construcción
de todo.
Una
vez que se deja de reprimir la comunicación no verbal, se experimentará la
sexualidad de una forma 100% diferente. Sentirse deseada/o, cómoda/o y segura/o…
y con ello, lograr que tu pareja lo sea también contigo.
Comunicarse es algo crucial para saber qué nos gusta, conocernos y sentirnos más cómodos y; por supuesto, transmitirlo. Así como para prosperar en la relación y modificar o subsanar lo que no debe hacerse. Mejorar la comunicación es importante. No hay nada superable que el sexo cuando se es capaz de vivirlo plenamente y sin presiones. Disfrutar de la intimidad, cuidar a la pareja, manifestarse recíprocamente y buscar qué es lo que más los excita cuando de relaciones sexuales se trata es la base coyuntural y la construcción de todo.